lunes, 7 de septiembre de 2015

¿Quién sostiene esta locura, Señor?

¿Quién sostiene esta locura, Señor?

Julio 27
El título no podía ser otro. ¿Qué es lo que se mueve dentro de mí? ¿Cómo se llama esta sensación de insatisfacción y desasosiego que me habita? ¿Qué nombre le pongo? ¿Impotencia? Me siento entre triste y derrotada, me siento entre dos aguas y al borde de tomar una decisión. Es un deseo terrible de salir corriendo de esta pesadilla diaria, de esta forma de apretarnos para sólo estar pendientes de las cosas materiales, me falta la harina, el aceite, el café, el azúcar,… la batería del carro y los pañales para el abuelito en cama, la cola de aquí, la de allá. Todos igualados por la necesidad, la más básica de la pirámide de Maslow... ¿Quién carajo puede pensar en la autorrealización? y lo más triste es que esto no genera solidaridad, por el contrario, hay una necesidad terrible de acumular y de guardar, quienes pueden, por supuesto. Es muy difícil conversar sobre esto con la gente, todos, y con razón te dicen: en momentos de crisis las mujeres se crecen, quienes confían en el Señor no desesperan, o se empatan en una serie de improperios en contra del régimen y de la situación que se avecina que te dejan por el suelo y sin esperanzas.
Creo que nunca como antes había sentido deseos de irme, huir de esta pesadilla que no te da un momento de tranquilidad, quizás mi sueño, el que tuve hace algunos meses en el cual estaba con un amiguito y queríamos entrar al mercado y cada vez encontraba las puertas cerradas, era un absurdo muy kafkiano, y en el sueño terminaba diciendo: “Me voy a volver loca”. Así me siento hoy, ayer también lo percibía así,  si me mantengo enredada en este modo de ver las cosas voy a enloquecer, porque me duele no sólo lo que me sucede o pasa en mi casa, en casa de mis padres o mis suegros… me duele las largas colas llenas de niños, mujeres y ancianos por conseguir el sustento diario, me indigna verlos sentados más de 12 horas en la calle y a la intemperie para comprar a un precio “justo” irreal, inventado para sostener lo insostenible, un país comiendo y consumiendo sin producir, largas colas de gente que no trabaja para luego vender lo comprado por 300 o 500 veces el valor de lo pagado, nada que ver con la cordura, ¿quién sostiene esta locura Señor? Por favor, dime Tú.

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