lunes, 17 de agosto de 2015

¿Cómo quiero ser cuando sea grande?

¿Cómo quiero ser cuando sea grande?
Mayo 29
Soy de ese tipo de personas que no acaba de comprender las cosas hasta que las pone por escrito.” Haruki Murakami, Tokio Blues
¿Puedo jugar un poco a ser Dios? (jeje) Creadora, hacer eso que me dijo un amiguito la otra vez, sanar mi historia, inventar cosas que me hicieron falta, sanar desde la creación, perdonar desde allí, lo que a veces resulta difícil reconciliar en la cotidianeidad. Una mujer que sea más segura y emprendedora, más suave y piadosa, con una fe más firme, la que deseo ser, en la que me deseo transformar, ocuparme de mi para servir a los demás, tener un proyecto propio el cual otras personas o las circunstancias adversas no lo puedan estropear.
Algunas veces recuerdo a mi comadre, ella que se dedicó a desarrollar su talento artístico, me dijo una vez: ¿qué estás esperando comadrita, que pase al extraordinario? Tienes mucho talento y no lo ves. Lloro escribiendo estas líneas, lloro porque a veces siento que lo sigo postergando, que me sigo traicionando, que estoy esperando… ¿qué estás esperando? Tengo miedo a lo que no conozco, a lo inseguro. Mi cuerpo me dice que algo de lo que estoy haciendo, o como lo estoy haciendo no está bien. De nuevo el dolor en el centro de la espalda, entre las escápulas, de nuevo la astenia y el cansancio, el cuerpo hablando, y yo, ¿qué estoy haciendo?
Eso me impulsa a escribir, que para mí es una forma de contactarme conmigo y no con mis autoexigencias. Sí, me sucede a diario, casi todo en lo que pienso son tareas pendientes, compromisos o cosas que creo-que-debería-hacer, es un patrón dañino que deseo desinstalar porque me impide disfrutar, descansar, o hasta incluso escribir. Y mi cuerpo está resentido de tanto exigirle, de tanto pedirle que haga esto, que sea así, que se porte bien, … y en cuanto se instala en este tipo de rutina, de nuevo habla, rapidito grita: - No quieres hacer las cosas porque hay que hacerlas, noooooooo!!!! Y me duele la columna, y el cuerpo se pone en huelga, y no desea dar más. Qué bueno que ahora reconozco las señales, también tengo algunos recursos a la mano para bregar con el afuera y el adentro de manera diferente a lo antes hecho.
A veces escribo esto y creo que estoy de nuevo como al principio, pero respiro, releo y corrijo, y me digo: - Nada de fatalismo y de autocompasión, no señorita, no señor. Nada de estar criticando afuera y esperando que los demás cambien para comenzar a ser tú, nada de eso, usted es capaz de echarle pichón, si lo ha hecho con lo que no le gustaba, con lo que no le correspondía, por qué no con lo que te gusta. ¿Acaso le temes, al fracaso? ¿Cuán duro puede ser fracasar? ¿Qué puedes perder? Ya nada más con escribir y vencer ese temor a seguir y desarrollar tu talento, con eso ya será suficiente, verlo así, luego Dios se encargará de hacer lo que resta con eso, confía, por favor, confía y no dejes que el miedo sea tu propio saboteador, Dios ayúdame a persistir.
La relación entre mis dolencias y lo que hago, y sobre todo, con qué actitud lo hago, es impresionante, además del dolor en la espalda, está la acidez y el querer comer de más, a deshoras, dulces y chucherías que me causan acidez, malestares, sobre todo acidez, ese fuego que recorre todo mi tubo digestivo y no me deja en paz, así es mi cuerpo de sabio, hace hablar en mi verdadero yo, denuncia lo que hago en contra de mi fuero interno, lo que no hago desde el corazón y la convicción, si ha de ser ofrecimiento al Señor que sea cierto y desde el corazón, desde la verdad, y no desde la pose y la imposición. Dios me quiere libre, por eso inscribió en mi corazón sus leyes, para que me fuesen gratas y no impuestas. Ay Señor, cuánto miedo me da esa libertad. Cuanto miedo me da!!!!!
Vengo a ti esta mañana lluviosa a presentarte esta confesión de miedos, temores y limitaciones, vengo a ofrecerte este don que tú mismo me has dado, vengo a decirte que deseo confiar en mí como tú lo haces, vengo ante ti porque te reconozco mi creador, mi salvador y mi conductor, confío en que acompañes este tecleado, este sueño, este proyecto. Ayúdame hoy a confiar en Ti y mí misma.

2 comentarios:

  1. Hola, María Inés:
    Recién encuentro tu espacio para comentarios. Ya te los dejé en Literautas, de todos modos. Me gusta tu estilo Adelante.

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    1. Hola Beba:

      Qué bueno saber que sigues pendiente de lo que publico, en estos días le di una ojeada a tu blog. Pronto escribiré mis comentarios.
      Seguimos en contacto

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