miércoles, 12 de agosto de 2015

¿Y quién contiene a esta niña herida?

¿Y quién contiene a esta niña herida?

Mayo 20


Mi mamá se ha endurecido, así me lo ha dicho, “ya no le paro”, sé que eso no es cierto, su rostro se contrae en un gesto de amargura, y sigue comiendo, todito hasta el final, mientras que quien vejó, ofendió y humilló se levantó de la mesa, airado y muy dolido por nuestra pretendida indiferencia ante su dolor, dejando su plato casi a la mitad. Los corazones allí presentes reaccionaron ante la injusticia, aunque sabemos que tiene miedo, eso no le da derecho a escupir a quienes le han cuidado de manera solícita, a desatar esa manera de manipular nuestra voluntad para hacernos sentir “culpables”, nos hace pagar toda su furia interior, su corazón no ha conocido el amor, ni siquiera el amor de Dios. Atesora miedo, rencores, venganza, rabia, quizás porque nunca fue atendido, fue abandonado y no amado, y yo te pregunto Señor: ¿este dolor tiene cura? ¿Cuánto daño ha hecho en nombre de este dolor disfrazado de furia? Hoy oro por él, aunque me provoca irme lejos y dejarlo solo, me asombra que siga necesitando de su amor y su reconocimiento.

¿Qué ha cambiado? Hoy le pedí que me escuchara, que me mirara a los ojos, y le argumenté con buen tono de voz lo que le quería decir. No lloré delante de él, ni exploté, solo callé y mirando hacia otro lado, le pregunté a Jesús: ¿qué hago? Lo que me provoca es proferir y despotricar, ayuda celestial, silencio y atención a lo que pasaba afuera. Ya no soy más aquella hija que se deshace, movida por la culpa, en explicaciones y disculpas, él no tiene razón, estará viejito y asustado, pero no le asiste ni la justicia ni la razón. Eso ya no tiene poder sobre mí, aunque me lastime, no tiene poder sobre mí.

Pero también cambió mi actitud respecto de mi madre, quien sí vió mis lágrimas, pero en modo alguno se tuvo que enfrentar con la furia de mi niña abandonada y no querida. Le pedí asistencia al Señor, y Él actuó en mi corazón, cuando ella quiso explicarme: -"Yo no he abandonado a su suerte, me decía, más bien lo he cuidado". De mi sólo salió: - No tienes que explicarme de lo que yo he sido testigo, sé cuánto lo cuidas y lo atiendes, incluso más que a ti. Mi madre ha sido víctima de 2 furias, la de mi padre, y luego, la mía, que al sentirme sola, no querida y no aceptada, también prorrumpía en disonancias e improperios, que a ella en primer término no le correspondían.

La forma de abordarlo, fue evidentemente distinta, porque en el carro cuando rompí a llorar como una niña pequeña y Eligio, no sabía qué hacer, me dijo: “- Esta vez lo hiciste muy bien, ni lloraste, ni agrediste, mantuviste la compostura ante él, luego me extrañó verte llorar". Yupie, hurra, aunque estoy mamada (como mango de hilacha) darme cuenta de que mi niña, ya no es salvajita, hay una parte de ella que se siente amada, aunque todavía escapen silenciosas lágrimas cuando su papá no la sepa querer, ni le importe un rábano su vida, sólo importa él, y lamentablemente, mi mamá como coraza y protección, también ha entrado en la ronda de egoísmo. Bueno… ahí vamos, pidiendo fuercitas con la oración, recursos con la terapia y drenando con esta bendición que significa la escritura para mí.
Hoy ha sido un día muy buenoooooo, me voy a darle gracias a Dios, y mañana Dios mediante sigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario